El lago arenal de Costa Rica y el problema del agua
En nuestra ruta por Costa Rica, saliendo del Parque Nacional Rincón de la Vieja de camino al Bosque Nuboso de Monteverde nos detuvimos en un agradable bar llamado Macadamia (toda la terraza estaba pavimentada con cáscaras de macadamia) para contemplar las vistas del Lago Arenal, en un paraje al que se llega tras cruzar el pueblo de Tilarán.
Se trata de la extensión de agua dulce más grande de Costa Rica, con 30 kilómetros de largo y cinco de ancho en su parte más gruesa. La profundidad va de los 30 a los 60 metros, en función de la temporada. El lago se creó artificialmente con una presa en el año 1979.
Disfrutando del paisaje mientras degustaba un jugo de mango, y distraído intentando fotografiar unos buitres que sobrevolaban la zona, no caí en esas franjas rojizas de terreno en las orillas. Mientras estábamos allí apareció un grupo de turistas, con cuyo guía nos habíamos cruzado ya en más de una ocasión. Y como los costarricenses son así de agradables, no tardamos en entablar una conversación acerca del lago.
Fue el amable guía el que me explicó que lo que estaba viendo no era tan idílico, sino también un síntoma de un grave problema: esas franjas rojizas, y el hecho de que la profundidad del lago oscile prácticamente un 100% (de los 30 a los 60 metros de profundidad), hace que el recurso energético más importante de Costa Rica se vea amenazado por el cambio climático. En su momento la energía hidroeléctrica generada por la presa del lago constituía un 70% del total del consumo eléctrico del país. Si no hay lluvias, no hay energía…
Costa Rica está intentando aprovechar la energía eólica, como se puede apreciar en los lomas que rodean el lago, y la geotérmica (que hoy no llega al 2% de la producción energética del país), como cualquier observador percibirá en los parques que rodean los volcanes. Pero que un país tan verde y tan consciente de sus recursos naturales como Costa Rica dependa tanto de las lluvias da qué pensar. En todo caso, el 93% de la energía que se produce en este país centroamericano es renovable: ojalá otros muchos países pudieran decir lo mismo.