La pirámide de Chichen Itzá, visita imprescindible de la Riviera Maya
Si visitas la Riviera Maya en México, te imploro casi que reserves un día para ver uno de esos lugares irrepetibles que marcan un antes y un después en un viaje: la antigua ciudad maya de Chichen Itzá. Llegar a este impresionante yacimiento arqueológico desde los hoteles de la costa te llevará unas tres horas, pero vale la pena invertir un día entero en visitar el lugar. Imprescindible también asegurarte un buen guía: nos es lo mismo pasearse por allí sin más que escuchar para comprender lo que hoy sabemos de este sitio.
Lógicamente, Chichen Itzá es un hervidero de turistas: si consigues llegar a primera hora vas a agradecerlo por dos motivos. El primero es ahorrarte un poco del calor de las horas centrales del día, y el segundo es ahorrarte hordas de turistas. Y lógicamente también, en lugares como éste, accesibles fácilmente y con gran afluencia de sacos de divisas en forma de turista europeo o norteamericano, en cuanto desvías la mirada de las edificaciones te vas a encontrar con un mercadillo: todo el alrededor de la pirámide y especialmente el camino que une las edificaciones con el cenote sagrado es un bazar de centenares de paraditas que te van a querer vender los souvenirs más estrafalarios (y algunos bonitos) que te puedas imagniar. La turistada, en todo caso, es imprescindible por que el lugar de veras vale la pena: yo me lo tomé como un peaje a pagar para estar un rato en este enclave histórico cargado de significado y no exento de misterio.
Chichen Itzá es el emplazamiento maya seguramente más conocido y visitado. Este lugar fue una ciudad o un centro de culto que fue ocupado por diferentes grupos mayas durante el periodo posclásico maya. Fundada alrededor del 525 D.C, tuvo su máximo esplendor entre el año 900 y el 1.500. El nombre podría traducirse de varias formas, pero parece que la acepción más certera corresponde a «boca del pozo de los brujos del agua«, que tiene además mucho encanto… Si en su origen Chichen Itzá fue seguramente un lugar de paz, su declive está relacionado con un crecimiento del militarismo y con disputas entre caciques y sacerdotes. Indudablemente, la clase sacerdotal gozó de prestigio y poder, y a sus creencias en el dios Tutulcán, el pájaro-serpiente que vino de fuera (seguramente inspirado en Quetzalcoatl) explican algunas de las construcciones que aún siguen en pie y que hacen de este lugar un enclave tan especial.
Centraré este primer post sobre Chichen Itzá en la más espectacular de estas construcciones, conocida como El Castillo o La Pirámide de Kukulcan. La pirámide tiene una altura de 24 metros, su base tiene un ancho de 55, 5 metros y está coronada con un templo rectangular. Cada uno de sus lados cuenta con una escalinata, y la que está restaurada da una muestra de lo espectacular que debió ser en su momento. Los mayas fueron grandes observadores del firmamento y medidores de tiempo: seguro que has oído hablar del calendario maya y de esa teoría del final del mundo. La Pirámide tiene también muchas relaciones con el firmamento y el tiempo: la escalinata cuenta con 91 escalones a cada lado, más uno para acceder al templo, lo que suma 365: los días del año. Parece ser que la pirámide que hoy vemos se construyo encima de otra menor: dentro de esta pirámide hay restos de otra…
La pirámide tiene una arista especialmente importante que explica otra relación entre El Castillo y los astros: durante el equinoccio (21-22 de marzo y de septiembre), esta arista proyecta una sombra escalonada y serpenteante sobre el muro de las escalinatas que sobresale de la pared de la pirámide. La sombra avanza a lo largo del día hasta llegar a unas cabezas de serpiente situadas en su base: es la bajada del dios Tutulcán a la tierra. Mucho más allá de la anécdota, ese momento marca el inicio de las tareas agrícolas, de la siembra que asegure el abastecimiento de la ciudad. Tienes una buena explicación de este fenómeno en este vídeo:
Una curiosidad más: si un grupo de personas de sitúa al pie de esta escalinata frente a las serpientes xy dan palmadas a la vez, el sonido asciende por los escalones y rebota en el templo que culmina la pirámide. Las palmadas llegan de nuevo al oido de quienes las han dado distorsionadas: suenan como el grito de un ave gigante… Impresiona.
Para saber más, vale la pena la entrada de la wikipedia sobre Chichen Itzá, y puedes ver una espectacular panorámica desde lo alto de la pirámide en esta web del Instituto nacional de Arqueología de México.
En los próximos post os mostraré el Templo de los Guerreros, la cancha del Juego de pelota y el cenote sagrado de Chichén Itzá.