Visitando el Parque Manuel Antonio en Costa Rica
El Parque Manuel Antonio es una de las zonas de la costa del Pacífico que querrás ver si visitas Costa Rica. Podríamos describir la zona como unos pocos kilómetros de carrerera sinuosa y con fuertes pendientes que discurre paralela a la costa y no muy lejos del océano, jalonada a ambos lados por todo tipo de hoteles, restaurantes, bares y locales para turistas. Al final de la carretera , cuando ya no puedes seguir más, topas con los límites del Parque y con el sendero que lleva a su entrada. Si bien la zona en general es pues muy turística, el Parque Manuel Antonio sigue mereciendo una visita.
La zona visitable del Parque es apenas un 10% de su superficie, trazada con cómodos y bien indicados senderos. Podrás recorrerlos todos en unas cuatro o cinco horas, y te sobrará tiempo para un baño en alguna de las playas que componen también el parque.
Si vas temprano por la mañana y no armas mucho ruido, seguramente podrás ver algunos de los animales que pueblan el parque: seguramente los perezosos son los más llamativos, y hay abundantes iguanas, reptiles, mariposas, insectos, coatíes y algún mapache. Estos últimos son bastante desvergonzados y no dudan en acercarse a las zonas para picnic a la caza del almuerzo del turista despistado, que verá volar su bolsa si no va con ojo. También se ven monos.
Una opción es unirse a alguno de los grupos con guía, que saben identificar los lugares donde se amaga la fauna local, pero nosotros decidimos ir por libre: las recomendaciones básicas pasan por no apartarse de los caminos, mantener un ojo en los árboles buscando ramas en movimiento y tener el oído listo para detenerse cuando haya ruidos en la maleza.
Algunos de los senderos incluyen miradores en su recorrido desde los que apreciar la belleza del paisaje.
Los ticos tienen un acceso más económico al parque, lógicamente, y muchos aprovechan el entorno para visitar las playas. El ambiente, la calma y el paisaje casi desierto que uno encontrará a primera hora de la mañana no tiene nada que ver con el bullicio del mediodía, pero aún y así, la alargada playa de Espadillo sur que va hasta una de las salidas del parque ofrece rincones para disfrutar de las aguas del pacífico casi en soledad.
Comer en Manuel Antonio
Hay dos locales que recomiendan varias guías y que te puedo recomendar también por haberlos probado. El primero de ellos es El Avión. A pie de carretera y en pleno meollo de la zona turística te sorprenderá ver el morro de un viejo avión militar, y re sorprenderá más acercarte y descubrir que el avión completito forma parte de la terraza de un bonito bar. El interior del avión está reformado como barra de bar, pero la parte interesante es la gran terraza que elevada sobre el Pacífico ofrece unas vistas espectaculares, especialmente al atardecer. Buen servicio, buenas copas y excelente comida en grandes raciones a precios consecuentes con todo lo demás: seguramente no te parecerá barato.
Igualmente excelente en calidad y abundancia y quizás un poquito menos caro es Ronnie’s. Queda más apartado, imprescindible ir en coche, y aunque es menos aparente sirven unas brochetas buenísimas. Presume de ofrecer una vistas magníficas a la puesta de sol, nosotros llegamos un poquito más tarde, pero la cena merecía igualmente la visita.
En el próximo post os contaré acerca de la fauna nocturna de la zona (y no me refiero a la que frecuenta los bares)