Unos días de playa en Fuerteventura
Esta pasada Semana Santa tuvimos la oportunidad de pasar unos días en la isla canaria de Fuerteventura. La idea era sencillamente aprovechar alguno de los muy buenos hoteles de playa de la isla para descansar, tomar el sol, leer y cargar pilas. Y honestamente, a tenor de lo visto en la isla, es una de las mejores opciones de turismo que se pueden hacer en Fuerteventura.
Seguramente es por que no los hemos sabido encontrar, pero una vista a Fuerteventura tampoco da como para ver muchos lugares interesantes. Lo mejor de la isla es ese magnetismo de sus paisajes desérticos y los más de 150 kilómetros de estupendas playas que la rodean. No esperes núcleos urbanos, monumentos fastuosos o una actividad cultural trepidante. Si podrás disfrutar , y mucho, de las actividades deportivas de la isla: un lugar ideal para los deportes que suman viento y mar (windsurf, kiute surt, etc) y un lugar ideal también para el submarinismo. Tuve oportunidad de bucear ya hace unos años en Isla de Lobos (un islote pegado a Fuerteventura justo frente a Corralejo) y guardo un muy buen recuerdo de la experiencia. Vi también algún campo de golf, lo que me parece francamente ridículo teniendo en cuenta que en la isla no hay mucha agua.
En uno de los días de nuestra estancia alquilamos un coche para recorrer la isla. El alquiler de vehículos esta a la orden del día por precios asequibles (unos 40-50 euros al día más la gasolina que consumas) y las carreteras están muy bien. Como nuestro hotel estaba al sur de la isla, cerca de Costa Calma, nuestro recorrido fue ir hacia el norte hasta Betancuria pasando por Pájara, para así crucar la zona de los volcanes más altos, que ofrecen unos paisajes especatculares, uno diría que no siquiera está en este planeta. Betancuria tiene una plaza central preciosa, pero poco más. Poco antes de llegar a Betancuria, vale la pena una parada para ver el paisaje de las cuevas de Ajuy. De allí descendimos hasta Antigua, poco que ver también, para cruzar en coche Puerto del Rosario (magnífica la Playa Blanca) y acercarnos a comer a Caleta de Fuste. Este municipio es básicamente un conglomerado de oferta turística muy enfocada a británicos y alemanes, por lo que nos pareció, con una oferta de ocio y hoeteles muy amplia.
Os recomendamos una parrillada de pescado espectacular en el restaurante El Patio. Cuidado por que parece que hay dos precios: el baratito a base de pescado congelado (merluza y salmon básciamente) y otro que, sin ser nada caro, resultó magnífico a base de pescado fresco de la isla. Tras el ágape, de vuelta al coche rumbo norte hasta Corralejo. De nuevo, el nucleo urbano no nos emocionó, pero para llegar hay que cruzar una zona de dunas con unos paisajes y unas playas nuevamente destacables. Frente a Corralejo se muestra la Isla de Lobos, y es fácil ver los volcanes de la vecina Lanzarote, a pocos kilómetros de distancia. La vuelta a Costa Calma por la apacible autovía nos regaló algunos juegos de luces, sombras y contraluces de la puesta de sol con los volcanes que conforman Fuerteventura, pero no nos dío tiempo a ver la puesta de sol en el mar en la Playa de Cofete, en el extremo sur.
Como os decía al principio de este post, Fuerteventura tiene una oferta de hoteles de playa muy buenos. Nosotros estuvimos en el Meliá Gorriones, un cuatro estrellas muy recomendable que ha adoptado la fórmula «todo incluido» en dos niveles de precios. Lo mejor del hotel, su situación frente a las espectaculares playas de Jandia, cuo amplio arenal se inunda en parte por las mareas formando lagunas. Aguas límpias, un poquito frías pero teniendo en cuenta que fuimos en marzo… El hotel cuenta también con muy buenas piscinas de agua salada. La combinación de una buena lectura con una piña colada tomando el solecito en la piscina refrescante es exactamente lo que veníamos a buscar en esta ocasión. El buffet no está nada mal teniendo en cuenta que el hotel es bastante grande, pero prescinde del vino del todo incluido, no vale la pena.
Si vas a Fuerteventura y te alojas en el sur de la isla, cuidado con los transportes del aeropuerto al hotel. La distancia es considerable, tardarás una horita en recorrer esos 80-90 kilometros, pero el transporte público tiene unos horarios un poco extraños y no muy frecuentes. La opción más común es alquilar un cohe y asumir el coste extra de entregarlo en el aeropuerto (unos 15 € más). En la ida, tuvimos la fortuna de que empalmando dos guaguas (autobuses) fuimos sin esperas del aeropuerto a la puerta del hotel, pero los horarios de vuelta nos resultaron imposibles: el supuesto transfer del hotel no tenía unos horarios convenientes para nuestro caso, las opciones eran pagar 80 € por un taxi, pagar 60 por alquilar un coche y entregarlo en el aeropuerto, o pagar apenas 20 llegando a un acuerdo no-oficial con un amable señor… Adivinar.
Más sobre la isla de Fuerteventura en la wikipedia.