Canto das aguas, un precioso hotel en Lençois
Tras haber visitado Salvador de Bahía, nuestro siguiente destino en este viaje en Brasil fue Lençois, un agradable y tranquilo pueblo que constituye la base ideal desde la que visitar el Parque Nacional da Chapada Diamantina, un maravilloso lugar donde practicar senderismo, escalada, ver cascadas impresionantes o tranquilas cachoeiras, cuevas, lagos subterráneos, paisajes alucinantes y preciosas puestas de sol. En los próximos artículos os mostraré fotos y vídeos de algunos de estos lugares…
Vale la pena ir hasta Lençois, aunque el autocar desde Salvador de Bahía tarde nada más y nada menos que siete horas en recorrer los 412 km. que separan a la capital del estado de Bahía de este encantador lugar. Los autocares de Real Expresso son realmente cómodos y confortables, pero en ocasiones los conductores se empeñan en presumir absurdamente de aire acondicionado, congelando a los pasajeros. Debimos sospechar cuando las señoras que iban delante nuestro se cubrieron con gorro, bufanda y manta (¡en Bahía!) tan pronto ocuparon sus asientos… La tos que me gané a pulso me duró el resto del viaje.
Anécdotas frioleras aparte, Lençois nos reservaba otra pequeña sorpresa que merece este post: el hotel con más encanto de cuantos hemos visto en este viaje. Se llama Canto das Aguas y es muy fácil de encontrar, está apenas a 50 metros del lugar donde para el autocar. Seguramente se llama así por que el río que discurre justo al lado del hotel corre sobre unas enormes losas de piedra. Al pasar por encima la corriente, forma un murmullo relajante, una de esas músicas naturales que tanto se echan de menos en entornos urbanos.
Habitaciones sencillas pero muy cómodas, limpieza impecable y tranquilidad absoluta. Desayunar por la mañana escuchando los pájaros y el río es de esos momentos caipi que han de haber en todo viaje. Además, el desayuno es uno de los más completos y sabrosos que he podido degustar, no sólo en Brasil sino en cualquier parte: fruta abundante, quesos diversos, bollería y tartas caseras recién hechas… Con esto cargas pilas para cualquier excursión que tengas cerca: lo que ves en la foto es lo que te sirven por cada dos personas…
El restaurante del hotel también vale la pena: ingredientes de la zona y una mezcla de tradición y diseño, las cenas que pudimos degustar nos dejaron más que satisfechos. Agradecimientos a su chef, Carlos Alberto Marques. Una agradable temperatura, una cena estupenda, una caipirinha y el canto del río a tu lado ¿Se puede pedir más? Pues sí, se puede pedir que el hotel esté en un lugar lleno de cosas que ver, que os iré explicando en breve…
Os dejo también un vídeo para la sección «Asómate aquí» donde podréis escuchar el rio y ver la naturaleza que nos rodeaba…
En breve os cuento acerca de las cachoeiras, las cuevas y los paisajes de la Chapada Diamantina, y más sobre Lençois…