Atardecer en Sydney: los encantos del transporte público marítimo
Os contaba en el post anterior que es imprescindible un paseo en barco por Sydney. Y si en el último escrito comentaba la experiencia desde un ferry con almuerzo y copillas, esta vez os contaré que en aprovechando el transporte público puede vivirse una experiencia similar.
Hay varias líneas de ferrys públicos que recorren diferentes partes de Sydney. El mapa que las describe pasaría por un mapa de metro en cualquier otra ciudad. Nosotros hicimos la ruta que va desde la zona olímpica hasta Circular Quay.
Efectivamente, el ferry va recorriendo «estaciones» en forma de embarcadero, hay unos minutos de ajetreo entre los que entran y salen, y luego todo vuelve a la calma.
Los australianos suelen ir dentro, leyendo tranquilamente. Los turistas se agolpan en las áreas de cubierta, cámara en ristre, alucinando con los paisajes…
En la zona olímpica no hay mucho que ver, a no ser que seas un fan de los estadios o que coincida con algún evento en especial.
Sin embargo, desde allí el ferry cruza por barrios acomodados donde enormes mansiones alojan a sus dueños cerquita del agua…
Buenas vistas del Sydney Harbour Bridge, en un contexto muy diferente al que os enseñaré en el próximo post desde la zona de The Rocks
Lo mejor del paseo es que cogimos el ferry al atardecer, y los cambios de luz a medida que nos acercábamos al centro le daban al desplazamiento un encanto y una calma especial. Muy recomendable. Llegando a Circular Quay en ferry pasa por delante del Luna Park, un parque de atracciones a pie del Sydney Harbour Bridge.
Y así lucía Circular Quay a nuestra llegada, con impresionantes vistas del distrito financiero…