Mar, luz y color en Valparaíso
Tras Isla de Pascua y Santiago de Chile, la siguiente parada en este viaje fue Valparaíso. Me apetecía mucho el reencuentro con esta ciudad costera, ver de nuevo la bahía, las calles empinadas y sus casas de colores…
Viven en Valparaíso casi medio millón de personas (470 mil, para ser precisos), y los chilenos de otras zosas les llaman «panchos», por que al llegar a la ciudad por el mar el edificio que más destacaba hasta no hace tanto era la iglesia de San Francisco. También se les llama porteños, por motivos obvios siendo este el puerto más importante del país.
La Municipalidad subvenciona la compra de materiales para embellecer las fachadas, lo que confiere una personalidad colorista a las calles. Además, hay vecinos que contratan a grafiteros para añadir figuras a sus muros. Y también hay grafiteros que van por libre y actúan sin ser invitados. Como en todas partes, algunos tienen buen gusto, y otros, no: de la misma forma que hay partes de la ciudad que rebosan creatividad, también hay esquinas bombardeadas a tags que tienen un aspecto más bien lúgubre.
En todo caso, la fachada típica es de madera, recubierta de una lámina ondulada de latón para protegerla de la humedad. La Unesco estuvo hace poco a punto de retirar a esta bonita ciudad su estatus de patrimonio de la humanidad, por algún turbio uso de los fondos cedidos…
Hay quien no se conforma sólo con pintar y ha hecho de la fachada de su hogar todo un museo. Es el caso de Sergio, un simpático pancho que ha hecho del número 659 de la calle Capilla una ídem de cosas que va encontrando y que ha llamado la casa de las muñecas.
Las continuas subidas y bajadas hacen que los paseos por Valparaíso requieran tirar de piernas. Si no te apetece subir y bajar caminando, puedes recurrir a alguno de los cinco o seis ascensores que quedan en activo (nos cuentan que llegó a haber 17). Y si por el contrario eres de los que caminan para conocer, puedes atreverte con el Camino de Cintura, una ruta que une los 52 cerros que forman la ciudad.
Camines o no, si estás en Valparaíso has de pasar por el paseo Atkinson y por el paseo Gervasoni, no sólo por sus bonitos colores, sino por la increibles vistas sobre la ciudad y la bahía…