El peor restaurante del viaje y el mejor de Auckland
Estando en Auckland, por una sucesión sucesiva de sucesos, acabamos comiendo en el peor restaurante de nuestra Vuelta al Mundo. A veces estas cosas pasan, lo bueno es que nos reímos un buen rato…
La cosa fue así. Nos levantamos un poco tarde, estuvimos paseando por el muelle, y luego fuimos a Victoria Park Market, una zona que quiere ser un compendio de tiendecitas interesantes, todas ubicadas en lo que fue el matadero de la ciudad. Inocentes, nos imaginamos que en lugar de terracitas y tiendas habría restaurantes, pero todo lo que tenían eran establecimientos de comida rápida. Y huyendo de las pizzas y los kebabs acabamos en el restaurante Ocean City (Seafood) Resturant. Lo de los paréntesis no me lo invento yo, así luce su tarjeta.
Desde fuera, parece uno de los tantos restaurantes orientales de Auckland. Habíamos comido ya en un muy aceptable coreano el día anterior, y la palabra «Seafood», marisco, nos llamó la atención. En una isla en medio del Pacífico han de tener buen material. Y dado la pobre variedad de la cocina puramente neozelandesa, proliferan los restaurantes de cualquier otro lugar, especialmente los orientales.
Debimos confiar en las señales: no se veía el comedor desde fuera (el restaurante está en un primer piso), las plantas de la entrada eran de plástico y las peceras que debían albergar langostas o peces estaban vacías. Tan pronto como entramos en el local, la mujer nos pidió abonar la cuenta. Se trataba de un buffet libre. Educadamente, le pedí que nos dejaré echar un ojo, pero por toda respuesta obtuve la reclamación del abono, dando a entender que no me entendía. Miré desde la barra y en el local abundaban los orientales. Así que si en un bar de carretera la buena señal son los camiones, pensé que en un chino la buena señal serían los orientales. El precio era sospechosamente barato, otra señal, pero era tarde: el riesgo era no encontrar lugares mejores, así que pagamos y entramos.
No me extraña nada que fuera un buffet libre. Libre de encantos, libre de comida que pareciera comestible y libre de cualquier cosa apetecible. Probamos algunas cosillas de colores y texturas que no sabría describir sin saber muy bien que eran, entre risas y las miradas curiosas de otros comensales y salimos de allí más bien rápido. Cualquier chino de barrio de por aquí le da muchas vueltas al Ocean City. «Fully Licenced» dice también la tarjeta: licencia para matar casi 🙂
Por compensar, consultamos un par de guías a la caza de un buen restaurante para cenar. Y eso nos llevó al Iguaçu. El sitio es encantador, el servicio buenísimo. La comida no está nada mal, pero habiendo ganado tantos premios al mejor restaurante de Nueva Zelanda y de Auckland, el nivel es de un buen lugar en Madrid o Barcelona. Me explico, no es que yo sea un sibarita chovinista, es que los restaurantes normales con un poco de gracia que tenemos por aquí allí tendrían una excelente valoración en Nueva Zelanda. En todo caso, si vas a Auckland, deberías probar el Iguaçu. Ubicado en la zona de Parnell, quizás la zona más bonita del la ciudad, es ideal para una cena tranquila con un toque romántico.
Algunas fotos de Parnell:
Una nota de humor local, muy cerca del peor restaurante: