Auckland, ¿una ciudad sin perros?

En cuatro días en Auckland no vimos no un solo perro. No sólo ningún perro callejero, sino tampoco a nadie paseando a un chucho. Sólo en Waiheke vimos dos, un dogo de burdeos precioso y Norton, un viejo perro en el primero de los viñedos. Al pobre animal le habían puesto un cartel en el collar pidiendo que NO se le alimentara, pues ya sufría un notable sobrepeso. Este es Norton aprovechando el almuerzo de los turistas para ver si pilla algún bocado:

Bruce, el amable guía que nos llevó al aeropuerto, nos explicaba que todos los perros de la isla están censados, que los propietarios pagan una tasa anual y están obligados a llevar al perro atado y a recoger sus deposiciones. Bruce asegura que en barrio, el muy distinguido Epsom, si hay perros, pero sus propietarios suelen mantenerlos en los jardines y sacarlos o muy temprano en la mañana o muy tarde.

Imagino que todo esto parecerá genial para aquellos que no tienen perro, parece un buen sistema para que las mascotas de unos no molesten a los demás, y sobre todo, no ensucien. Pero a los que sí tenemos nos parece un poco raro no ver ninguno por la calle en tantos días…